viernes, 21 de marzo de 2014

Demasiado joven para vivir


(Carta a un joven con tendencia suicida)

¡No es justo!, te he escuchado decir
en las últimas semanas,
y creo que tienes razón: ¡nada es justo
entre ustedes los humanos!

Pues piensa en esto: mientras muchos jóvenes
se debaten entre la vida y la muerte
por enfermedades incurables,
y anhelan con todas sus fuerzas vivir;
tú que estás fuerte y sano
te has dado por vencido
porque “no te hacen caso”,
porque “no te comprenden”,
y te quieres morir.

Dices que ha habido jóvenes
que en otros tiempos y lugares
se han quitado la vida.
Y piensas en aquel valiente
soldado mexicano
que se tiró envuelto en una bandera
desde lo alto de un castillo;
o en los pilotos kamikaze
que no habían cumplido ni 20
y estrellaban sus aviones
contra las bases enemigas.
Pero no te confundas, que ellos en nada
se parecen a ti,
pues ellos murieron, no por su causa,
sino por su propio país.
¿Crees que a ti
se te recordará como héroe
cuando todos sepan que moriste
por una novia
que te hizo sufrir?

Tú dices que Romeo y Julieta
murieron por amor.
Nada más que Romero pensó
que Julieta estaba muerta
y por alcanzarla en el otro mundo
la vida se quitó;
luego Julieta, al despertar
vio a Romeo muerto,
y por alcanzarlo en la otra vida
también se suicidó.
Pero tú cuando te mueras
y llegues al otro mundo,
sabrás que ni Julieta ni Romeo
murieron por amor,
porque el cuento fue de Shakespeare
y él nunca se mató.

Bueno, ya no te entretengo,
sé que eres una persona
muy ocupada,
que nunca has tenido tiempo
ni siquiera para Dios;
después de todo, en tu mundo
no cabe nadie más que tú.
Seguro tendrás muchas cosas qué hacer,
dices que quieres hacer honor a las palabras
de tu cantante favorito cuando dijo:
“Vive rápido y muere joven,
así serás un cadáver guapo”.
Por mi parte te felicito
porque al fin habrás hecho algo
por los demás,
pues esa es una buena receta
de ¡sopa para gusarapos!

¡Vaya que estoy decepcionado
de ustedes los humanos!
Y me pregunto: ¿por qué
Dios no nos habrá puesto
a cuidar mejor gusanos?

Atentamente:
Tu ángel de la guardia.



(Ángel Sanabria Ibarra.

Publicado en la revista Prisma, 
vol. 29, No. 5, sept-oct 2001).