Creo y vivo en Dios Justo y Liberador,
que creó el mundo y mi prójimo,
Y en Jesucristo de Nazareth, su único hijo,
y mi único jefe.
Que nació de una mujer como mi madre,
Padeció bajo el poder del opresor,
Fue despreciado, marginado y crucificado.
Descendió a los mecanismos de poder,
dio el golpe de estado, tomó el mando
y está actuando junto con Dios Justo,
Liberador.
Y pronto juzgará, cuando todo explote,
a los ricos, pobres e indiferentes.
Creo en la Iglesia que vive en y por el mundo.
en la liberación de la alienación,
en la igualdad de los hombres,
en el Príncipe de la paz, y en la nueva
vida que se asoma.
(Anónimo, escrito por una estudiante de teología. Citado en Jesús: Ni vencido ni monarca celestial,
Buenos Aires: Tierra Nueva, 1977)